Quien Fue Yunet En La Biblia?

Quien Fue Yunet En La Biblia
Quien Fue Yunet En La Biblia?

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Yunet es una egipcia ambiciosa y malvada que trata de alejar a Moisés del palacio para que su hija Nefertari se case con Ramsés y sea la nueva reina de Egipto. Por eso Yunet le revela a Moisés el secreto mejor guardado de la soberana Henutmire: su familia hebrea.

¿Quién es yunet?

Descubrí la dura historia de la actriz que interpreta a Yunet

Adriana Garambone es la actriz que se pone en la piel de Yunet, en la novela brasilera ‘Moisés y los 10 mandamientos’, serie televisiva que rompe récord y es seguida por miles de personas alrededor del mundo.En la novela, Yunet es una de las mujeres más odiadas, pero en la vida real la actriz de Moisés y los 10 mandamientos es una dulce mujer que lucho muchos años por ser madre.Hoy a sus 45 años es mamá de Gael, un hermoso bebé que nació en Katmandú y que fue engendrado en un vientre sustituto.¡Mirá las tiernas fotos con su hijo!

https://www.instagram.com/p/BBk-N2bSduV/?taken-by=agarambone https://www.instagram.com/p/BBGD-EvydmE/ https://www.instagram.com/p/_rq7Y6ydka/ Adriana Garambone, actriz que interpreta a Yunet, es actriz, bailarina y cantante y ha estado casada por nueve años con Arthur Papavero; justos, por cinco años han tratado de tener un hijo pero el momento no llegaba.

  • Al final intentaron la fertilización in vitro pero perdió el bebé dos veces.
  • Luego de varios intentos se puso en contacto con una agencia especializada en Israel en vientres de alquiler: ‘Se podía formar el embrión pero el problema era su conexión con el útero.
  • Así que después de resistirme un poco, asistí a una conferencia sobre el procedimiento.

Me sentí muy segura y decidí hacerlo’, dijo ‘ Yunet ‘. https://www.instagram.com/p/BDwJ7UWSdr7/ https://www.instagram.com/p/BFJo1amydvw/ https://www.instagram.com/p/BGrxTZ6Sdib/ : Descubrí la dura historia de la actriz que interpreta a Yunet

¿Cómo se llama la mamá adoptiva de Moisés?

En las religiones abrahámicas es considerada la madre adoptiva de Moisés, a quien rescató de las aguas del Nilo y, según la mayoría, le dio su nombre. Salvó a Moisés de morir ahogado, de la persecución del Faraón y, según las leyendas, de las intrigas urdidas contra él en la corte egipcia.

¿Qué egipcia se enamoró de Moisés?

Nefertari

Nefertari Meritmut
Sepultura Tumba QV66 del Valle de las Reinas, Egipto
Familia
Dinastía XIX
Consorte Ramsés II

¿Cómo se llamaba el Faraón en los tiempos de Moisés?

Moisés es el protagonista, un judío criado por la realeza egipcia y hermano putativo de quien se convertirá en su antagonista, el faraón Ramsés II.

¿Qué le pasa a yunet en Moisés?

Yunet es condenada a muerte tras la confesión de Nefertari a Ramsés.

¿Qué le pasa a Uri en Moisés?

El impactante capítulo de ‘Moisés’ que conmocionó a los televidentes En el episodio emitido el pasado martes, la plaga de ‘el ángel de la muerte’ llegó para llevarse a los primogénitos de la ciudad. Miércoles 24 de agosto de 2016

Un impresionante capítulo de ‘ Moisés y los 10 Mandamientos’ conmocionó a los espectadores.El episodio emitido el pasado martes, dio continuación al paso de ‘el ángel de la muerte’ que sentenciaba la décima y última plaga. La escena inicial mostró la muerte de Amenhotep, el hijo de Ramsés y Nefertari, y quien iba a transformarse en el heredero del trono.Con su partida, el rey al fin se dio por vencido y liberó a los hebreos para que vayan a alabar a su Dios fuera de Egipto. La escena estuvo llena de lágrimas por parte de Nefertari y el sacerdote Paser.Otro momento que causó gran impacto, fue la desesperación de Hur y Bezalel al saber que Uri falleció por no abandonar palacio cuando ellos se lo pidieron. Un momento de alegría vino cuando Meketre fue a la villa de los hebreos para abrazar y agradecer la existencia de su hijo ilegítimo, Bak. El emocionante capítulo puedes revisarlo completo,

: El impactante capítulo de ‘Moisés’ que conmocionó a los televidentes

¿Quién crío a Moisés cuando era bebé?

Imagen Relatos del Antiguo Testamento: El bebé Moisés La familia de Jacob llegó a ser un gran pueblo en Egipto. Se les llamó israelitas. Faraón, el rey de Egipto, tuvo miedo de que un día hubiera demasiados israelitas y que tomaran el control de Egipto, por lo que convirtió a los israelitas en sus esclavos. Éxodo 1:7–14 Imagen Relatos del Antiguo Testamento: El bebé Moisés Luego, Faraón mandó que mataran a todos los varones israelitas recién nacidos. Las familias israelitas tenían mucho miedo. Éxodo 1:15–22 Imagen Relatos del Antiguo Testamento: El bebé Moisés Una madre israelita llamada Jocabed pensó en una forma de salvar a su hijo recién nacido. Colocó a su bebé en una canasta y la escondió en la hierba alta junto al río Nilo. María, la hermana del bebé, lo vigiló para mantenerlo a salvo. Éxodo 2:1–4 Imagen Relatos del Antiguo Testamento: El bebé Moisés Mientras se bañaba en el río, la hija de Faraón descubrió la canasta. Vio al bebé israelita indefenso que lloraba y quiso criarlo como si fuera su propio hijo. María se acercó a la hija de Faraón y le preguntó si podía traer a una mujer israelita para que cuidara al bebé. Éxodo 2:5–6 Imagen Relatos del Antiguo Testamento: El bebé Moisés María llevó a su madre, Jocabed, adonde estaba la hija de Faraón. La hija de Faraón estuvo de acuerdo en pagarle a Jocabed para que cuidara del bebé. Éxodo 2:8–9 Imagen Relatos del Antiguo Testamento: El bebé Moisés El bebé israelita creció. La hija de Faraón lo crio como si fuera su propio hijo y lo llamó Moisés. Éxodo 2:10

¿Quién fue la mujer más bella de Egipto?

El poder por encima de la belleza y la seducción – Durante mucho tiempo, Cleopatra fue retratada como una bella reina de Egipto que sedujo a los romanos; fascinó al filósofo francés Pascal e inspiró obras de Shakespeare, pinturas de Tiepolo y varias películas de Hollywood.

Pero para Tyldesley, de la Universidad de Manchester, es necesario dejar a un lado todo este imaginario popular para entenderlo. ‘No era esa seductora glamorosa que parece gustar tanto a los directores. No hay evidencia de que tuviera más de dos parejas sexuales: Julio César, a quien le fue fiel hasta su muerte, y Marco Antonio.

Creo que nos gusta verla así (como seductora de varios hombres). Hay algo atractivo en eso, pero es muy injusto ‘, sostiene. ‘Era una mujer muy inteligente, Gobernó durante más de 20 años y logró eludir el dominio romano sobre Egipto, algo que de alguna manera fue una amenaza durante todo su reinado.

Además, recibió una nación de su padre que estaba en la pobreza y la llevó a recuperarse económicamente’. Fuente de la imagen, Getty Images Pie de foto, Para Tyldesley, la imagen de mujer seductora construida alrededor de Cleopatra es ‘muy injusta’. Hay otra característica de la reina egipcia que es discutible.

Gracias a Shakespeare, Tiepolo y las actrices que vivieron en el cine, desde Elizabeth Taylor hasta Amanda Barrie, la imagen moderna de Cleopatra es asombrosamente hermosa, pero no hay pruebas. ‘No tenemos muchas imágenes de ella, y las que tenemos están muy estereotipadas.

Son clásicas, parece una reina griega o romana. Estaban allí para representar ideas de la realeza, en lugar de mostrar cómo se veía realmente’, dice Tyldesley. ‘La gente tiende a pensar que las monedas con su efigie son más realistasy si las miras, no es particularmente hermosa, ya que tiene nariz y mentón muy grandes.

Pero entonces, ¿qué tan preciso puede ser un retrato de una moneda?’, señala. ‘Depende de la habilidad de la persona que hace la moneda, que puede que no la haya visto realmente, y también de lo que quería retratar. Cleopatra puede haber deseado no verse delicada y hermosa, sino poderosa’.

  • Es probable, entonces, que Cleopatra no hubiera sido increíblemente hermosa, ni una mujer fatal o una manipuladora malvada, sino una política astuta que, al final, tuvo la mala suerte de estar en el lado derrotado de una disputa más grande que ella.
  • La lucha por el poder La trayectoria de Cleopatra al frente de Egipto estuvo plagada de luchas de poder dentro y fuera de su dinastía.

Su historia familiar, además, está llena de asesinatos y traiciones. Para algunos investigadores, había que asesinar o ser asesinado para consolidarse en el trono, algo que ella misma vivió después. Fuente de la imagen, Museo Británico Pie de foto, Una de las imágenes que hay de Cleopatra es la de unas monedas con su perfil.

  • Su llegada al poder no estuvo exenta de obstáculos.
  • Cuando murió el padre de Cleopatra, Ptolomeo XII, las mujeres no podían gobernar sin tener un hombre a su lado.
  • Luego, siguiendo las tradiciones, la solución fue que Cleopatra, de 18 años, se casara con su hermano Ptolomeo XIII, de 10 años, para que pudieran reinar juntos.

Fue cuestión de tiempo antes de que surgieran las disputas. Años después de asumir el poder, Ptolomeo XIII conspiró contra su hermana para sacarla del poder, lo que la llevó a huir a Siria. Desde ahí comenzó una guerra civil fratricida por el mando de Egipto.

Curiosamente, Roma también vivió una batalla interna por el poder, entre Julio César y Pompeyo, y las disputas terminaron mezclándose. Prácticamente derrotado, Pompeyo fue a Egipto a buscar el apoyo de Ptolomeo XIII, pero al joven se le aconsejó que no se aliara con Pompeyo y que lo matara para no disgustarse con Julio César.

Fuente de la imagen, Getty Images Pie de foto, La unión de Cleopatra con Julio César fortaleció el poder de la monarca en Egipto. La estrategia terminó teniendo el efecto contrario. Julio César se puso furioso cuando se enteró del asesinato. Como consecuencia, el general romano fue a Egipto y promovió una tregua entre Cleopatra y Ptolomeo XIII.

  1. El rey no quería rendirse estando al mando de Egipto e hizo otro intento de luchar contra el general romano mientras aún estaba en Alejandría.
  2. Pero terminaría derrotado y asesinado durante la llamada Batalla del Nilo.
  3. Gracias a su alianza con Julio César y Roma, la posición de Cleopatra al frente del país era más sólida.

Según algunos historiadores, la reina consolidó su popularidad en Egipto hablando y vistiéndose como una egipcia mientras cumplía con sus deberes oficiales, pero usaba el griego en el ámbito privado. Fue en este momento que decidió ser la encarnación viviente de la diosa Isis.

¿Quién es Nefertiti en la Biblia?

Este artículo o sección tiene referencias, pero necesita más para complementar su verificabilidad, Este aviso fue puesto el 31 de marzo de 2019.

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Nefertiti Gran esposa real de la dinastía XVIII de Egipto Información personal Nacimiento c.1370 a. C Fallecimiento c.1331 a. C Familia Casa real XVIII dinastía egipcia Padre Ay Consorte Akenatón Hijos Meritatón, Meketatón, Anjesenpaatón, Neferneferuatón-Tasherit, Neferneferura, Setepenra

Neferneferuatón Nefertiti (c.1370 a.C.-c.1331 a.C.) fue una reina de la dinastía XVIII de Egipto, la primera Gran Esposa Real de Akenatón, Nefertiti nació en Tebas, por lo que la situaríamos, en la cronología egipcia, dentro del Imperio Nuevo (1500 a.C.

  1. 1070 a.C.).
  2. Dentro de este periodo, Nefertiti cobró gran importancia en el conocido ‘Periodo Amarniense’ (1353 a.C.
  3. 1336 a.C.).
  4. Algunos egiptólogos creen que ella fue la persona que reinó con el nombre de Semenejkara, que se asociara primero y sucediera brevemente después a Ajenatón ( Akenatón ) tras su muerte.

Sí hay acuerdo en cuanto a su influencia en el reinado de Ajenatón, como Gran Esposa Real. Su desaparición de las representaciones coincide con la asociación al mando de Semenejkara, que es también la primera mención de este personaje, lo que ha dado lugar a suponer tal identidad.

¿Qué significa Nefertiti en la Biblia?

Ojos almendrados, orejas delicadas, dedos gráciles y cuello largo y esbelto como el de un cisne; los labios, carnosos y de trazo elegante; los pómulos, marcados y elevados; su barbilla era fina y la nariz, estrecha y recta. Es decir, un canon de belleza femenina.

  1. ¿O quizás era corpulenta y cuellicorta, con los hombros caídos, las mejillas fláccidas, los labios finos y las caderas rollizas? Tal vez nunca lleguemos a saberlo.
  2. Evidentemente, no hay fotos ni dibujos de su persona; tampoco descripciones de sus contemporáneos.
  3. Sigue teniéndosela por una de las mujeres más poderosas de la Antigüedad –erótica, mayes­tática, con un indudable carisma–, pero todo cuanto conocemos de ella proviene de los relieves e inscripciones tallados en bloques de piedra caliza, y de las interpretaciones que los artistas hicieron de la soberana en las estatuillas y los bustos que han llegado hasta nosotros, el más famoso de los cuales fue hallado hace un siglo por ar­­queólogos alemanes y está expuesto en el Museo Egipcio de Berlín (Neues Museum).
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Al entrar en la Sala de la Cúpula Norte y contemplar su belleza bajo la estudiada iluminación, el ob­­servador es presa de su encanto irresistible. Cada año sucumben a su hechizo un millón de visitan­tes. Muchos acuden solamente por verla a ella. Sabemos que Nefertiti estuvo casada con el faraón Ajnatón y que vivió hace casi tres milenios y medio en un período fascinante de la historia de Egipto.

  • Pero los detalles de su biografía son caldo de cultivo de especulaciones y un campo de batalla para los investigadores.
  • «No hay dos opiniones coincidentes sobre esta época», asegura el eminente egiptólogo y arqueólogo inglés Nicholas Reeves.
  • Tampoco hay consenso sobre el papel que desempeñó Nefertiti.

En torno al año 1350 a.C. los faraones de la XVIII dinastía reinaban desde Tebas. Eran tiempos de paz y estabilidad. El país del Nilo, bendecido con una agricultura próspera y abundantes riquezas naturales, se había convertido en la primera potencia del Mediterráneo oriental y vivía en relativa cordialidad con sus enemigos naturales, los hititas de Asia Menor.

  1. El imperio estaba bien organizado, la administración era eficiente y las arcas rebosaban de oro.
  2. Amenhotep (o Amenofis) III, cuyo reinado se prolongaría más de tres décadas, se presentaba como soberano divino y guerrero invicto.
  3. Triunfante sobre el caos y las fuerzas del mal, transformaba la sociedad e incluso la imagen del poder.

Dos estatuas del faraón de 20 me­­tros de altura vigilaban su templo funerario a orillas del Nilo, y por todo el país había erigido monumentos a su propia divinidad. Siempre al lado de Amenhotep, algo poco habitual en el Egipto de entonces, estaba su esposa, la reina Tiy, hija de una influyente familia noble.

Pero la principal convención que desafió el faraón fue otra: el dios Amón, hasta entonces intocable, perdió parte de su posición hegemónica en el panteón egipcio y se vio obligado a hacer sitio a Atón, el disco solar, sobre el que se fundó una teología nueva que incrementaba el poder del soberano. A la muerte del faraón en 1353 a.C., seguida poco después de la de su primogénito Tutmosis, se nombró sucesor al segundo hermano, Amenhotep IV.

Antes de su entronización, el joven ya había desposado a una mujer extraordinaria, una muchacha que a la sazón tendría entre 12 y 15 años. Su nombre, Nefertiti, que significa «la bella ha llegado». A partir de ahí todo cambió. Amenhotep IV elevó a su esposa al estatus de reina-diosa.

Al inicio de su reinado el faraón mandó construir cuatro nuevos templos en exaltación de Atón dentro del recinto sagrado de Karnak, alrededor del santuario de Amón. ¿Pretendía fusionar ambos dioses en una misma figura? Más tarde, al cumplir su primer lustro en el trono, dejó de llamarse Amenhotep («Amón está complacido») y adoptó el nombre de Ajnatón («útil a Atón»).

Tenía unos 25 años. Su renovación herética, el abandono del politeísmo por un culto exclusivo a la luz vivificadora del Sol, causó consternación en el estamento sacerdotal, más si cabe cuando cerró el Gran Templo de Amón y se apropió de sus rentas. A unos 280 kilómetros al norte de Tebas, en la margen oriental del Nilo, en un valle protegido por abruptos riscos calizos, Ajnatón fundó la nueva capital, Ajtatón, que significa «horizonte de Atón».

  • El joven rey puso aquí en práctica su revolucionario programa teológico que atribuía la creación de la naturaleza y del ser humano a un principio singular: la vida nacía de la luz solar, encarnada en Atón.
  • Ajnatón borraba de un plumazo los dioses anteriores al consagrar a Atón como divinidad absoluta, como dios primero y último.

A partir de ahí, todo se supeditó a Atón. Ajnatón radicalizó la reforma del culto, ya esbozada por su padre; desterró al dios de los muertos, Osiris, suspendió la invocación de un universo arcano, eliminó el inframundo y el Más Allá. Lo único que contaba era el Sol, la luz.

Por primera vez en la historia de la humanidad asistimos al nacimiento de una divinidad, a la fundación deliberada de una religión. La mayoría de los investigadores coinciden en que la teología solar de Ajnatón representa el primer monoteísmo del mundo. Sin embargo, no hay unanimidad a la hora de explicar sus motivaciones.

¿Se trata de la primera revolución intelectual documentada? ¿De la autodivinización de un soberano déspota? ¿De una maniobra destinada a eliminar el poder de los sacerdotes de Amón en Tebas y Karnak? Lo cierto es que a partir de entonces Ajnatón y Nefertiti fueron los intermediarios exclusivos entre Atón y el mundo, los únicos capacitados para comprender las verdaderas revelaciones de la divinidad.

  • A través de ellos el pueblo contactaba con Atón.
  • Esta época de cambios profundos que hoy conocemos como el período de Amarna, en alusión a la población de Tell el-Amarna, en cuyas inmediaciones comenzaron a excavarse las ruinas de la capital de Ajnatón en los albores del siglo XX, duró apenas unos 15 años.

Desde la corte de Ajtatón, una nueva tríada empezó a regir los destinos del nuevo imperio, con Atón en el vértice superior del triángulo y Ajnatón y Nefertiti en su base, a izquierda y derecha respectivamente. A partir de 1352 a.C. y desembarazados de todas las tradiciones, los soberanos se convirtieron en verdaderos maestros de la autopropaganda.

En los relieves se hacían representar asistiendo a ceremonias religiosas, así como cogidos de la mano y en compañía de sus seis hijas. Los artistas los retrataron dándose muestras de afecto, llorando junto al lecho de muerte de su hija Meketatón, con las niñas en el regazo. Nefertiti aparecía como una madre amantísima.

Una familia divina y jubi­losa. ¿Expresión de cercanía y cariño? ¿De un nuevo sistema de valores? ¿O quizá se pretendía transmitir la imagen del monarca como dios supremo de la vida en todas sus facetas? El arte egipcio, durante milenios hierático y monumental, daba paso a la emoción.

Se dice que el propio faraón instruyó a los escultores reales para la creación de un estilo nuevo, más libre. De la noche a la mañana el repertorio iconográfico cambió. Y en el centro de esa nueva iconografía, la figura de Nefertiti empezó a brillar con luz propia, representada como paradigma de la elegancia, la belleza y el erotismo.

¿Fue Nefertiti una especie de primera dama de la Antigüedad? Las especulaciones sobre el papel que desempeñaba en la corte de Ajtatón son tan abundantes como contradictorias. Algunos expertos aconsejan no sobreestimar la posición de la reina; otros defienden que gozaba de las mismas prerrogativas, si no más, que el propio Ajnatón.

  1. Recientemente el egiptólogo emérito alemán Hermann Schlögl dejó perplejo al mundo académico al afirmar que Nefertiti fue el ver­dadero motor de la revolución religiosa de su tiempo y la responsable de tan radicales transformaciones.
  2. Schlögl ha traducido de nuevo una inscripción de la Gran Sala de las Columnas del templo de Karnak conocida desde hace tiempo, y en su reinterpretación sostiene que la reina declara haber hallado a Atón, lo que constituiría la evidencia de su rol activo.

A ello se suma el hecho de que Nefertiti poseía dos cartuchos (nombres que aparecen en las inscripciones ro­­deados por una cuerda ovalada con los extremos anudados), un privilegio reservado al faraón, mientras que a las demás esposas de faraones se les asignaba un único cartucho.

  1. Las afirmaciones de Schlögl son polémicas.
  2. El especialista en el período de Amarna Christian Loeben, profesor de la Universidad de Gotinga y director de la colección egipcia del Museo August Kestner de Hannover, rechaza de plano lo que tilda de fantasías.
  3. «Nefertiti no tenía ni voz ni voto, ni en el plano político ni en el religioso –asevera–.

La única razón de que su papel fuese tan prominente, siempre al lado de Ajnatón, fue porque convenía a la teología del faraón.» Y su físico, ¿es también un espejismo? ¿Una ficción? ¿Un instrumento al servicio de un fin? No sabemos si Nefertiti fue tan hermosa como sugiere el mito moderno, como tampoco sabemos si el concepto de belleza de hace 3.300 años tenía algo que ver con el actual.

  1. «Ignoramos qué consideraban estético o erótico –dice Loeben–.
  2. Lo único que sabemos es que Nefertiti emana erotismo según nuestros parámetros actuales.» Cualquier afirmación sobre esta reina es puramente especulativa, lo cual no ha impedido que la perfección, la intemporalidad y el atractivo sugeridos por el famoso busto pintado de Nefertiti hayan adquirido estatus de leyenda y hayan conformado el canon de belleza que rige en el Occidente industrializado.

Pero si en el Ajtatón de hace más de tres milenios se estaba poniendo en práctica el plan de autopropaganda que insinúan muchos egiptólogos, ¿constituía la imagen pública de Nefertiti, que aparecía en relieves, estelas y altares, en figurillas y estatuas, un caso de manipulación mediática? ¿Tenían los escultores de la corte la misión de cincelar un rostro perfecto para propiciar una imagen renovada de la realeza y de la nueva teología solar? «En aquel momento la idealización formaba parte del nuevo programa artístico», apunta Dimitri Laboury, de la Universidad de Lieja, en Bélgica.

Los investigadores identifican al menos dos períodos estilísticos en el arte de Amarna. En los primeros años las imágenes de Ajnatón y Nefertiti que aparecen en los relieves son de un manierismo tan acentuado que roza lo grotesco. Las formas se exageran, sus figuras son andróginas y fuertemente simbó­licas.

Posteriormente Nefertiti empieza a ser retratada como una mujer de extraordinaria belleza. El cambio, dicen los expertos, es deliberado y responde a un objetivo: el nuevo estilo es la exteriorización pública del nuevo programa político. De ser así, ¿fue la belleza de la soberana el producto de una motivación ideológica? Hace unos años Dietrich Wildung, a la sazón director del Museo Egipcio de Berlín, dirigió un estudio del busto de la reina en el hospital universitario de La Charité, en la capital alemana.

La pieza se sometió a una tomografía axial computarizada (TAC), una técnica de imagen con escáner que, milímetro a milímetro, desveló un hallazgo que dejó sin habla a los investigadores: en el interior del famoso busto había una escultura, el rostro esculpido en piedra caliza de una mujer de edad avanzada, hombros caídos, cuello flaco y profundas arrugas en torno a la boca.

El artista del taller del maestro escultor Tutmosis había aplicado sobre ella una capa de yeso tras otra hasta modelar el rostro perfecto que hoy conocemos, apoyándose en un preciso sistema de cuadrícula que aseguraba la repetición exacta de la forma ideal a cualquier escala.

«No cabe duda –afirma Laboury–. El rostro de Nefertiti es la proyección volumétrica de esa cuadrícula.» En la realidad no existe una persona con una simetría tan absoluta de los dos hemisferios faciales. Tras analizar todas las mediciones y los datos del TAC, el egiptólogo llega a una conclusión: «Simplemente es demasiado perfecta.

Es imposible que alguien tenga cada uno de los dos ojos situados a la misma distancia exacta con respecto a la punta de la nariz». Esto sugiere, en primer lugar, que la Nefertiti de las estatuas y los bustos era el resultado de una iconización popular que se llevó a cabo mediante piezas de fabricación en cadena, objetos de culto producidos en serie para los templos de todo Egipto.

Y en segundo lugar, que la belleza de la reina, al margen del aspecto que pudiera tener en realidad, pretendía ser una demostración de poder político. Hay muy pocos expertos en el período de Amarna capaces de hacer un retrato claro de Nefertiti basándose en evidencias arqueológicas y en el conocimiento de las fuentes.

Uno de ellos es Friederike Seyfried, directora desde 2009 del Museo Egipcio y la Colección de Papiros de los Museos Estatales de Berlín. Ella es de las que ven con grandes reservas cada nueva especulación sobre el papel de la reina. «¿Fue esta mujer una de las políticas más poderosas de la Antigüedad?», le pregunto.

«No hay pruebas que lo demuestren. Nefertiti desempeñaba tareas litúrgicas, o sea, oficiales, y por ende políticas. Sin duda fue una personalidad relevante. En ningún otro período el rey aparece acompañado de forma tan sistemática por su esposa en escenas importantes.» «¿Intervenía también en política exterior?» «No tenemos ningún decreto firmado por ella.

En aquel momento la política la dictaba la corte, y la corte estaba representada por la pareja real. No sabemos qué hacían uno y otro. En realidad no tenemos constancia de nada, pero ahí es donde radica el poder de fascinación de Nefertiti y del período de Amarna.

Lo poco que sabemos espolea enormemente nuestra imaginación.» Si todo es mera especulación, ¿por qué el nombre de Nefertiti se ha convertido en sinónimo de influencia y poder? El mundo moderno tuvo noticia por primera vez de su existencia en diciembre de 1912. En el marco de la segunda de varias campañas invernales organizadas por la Sociedad Oriental Alemana, el arquitecto y egiptólogo Ludwig Borchardt emprendió las excavaciones de las ruinas de la desaparecida ciudad de Ajtatón.

El científico, que desde 1907 dirigía el Instituto Imperial Alemán de Ciencias Egipcias de la Antigüedad en el Cairo, buscaba por encargo expreso del káiser Guillermo II objetos de valor artístico e interés arqueológico con los que surtir los Museos Reales de Berlín.

La empresa tenía su buena dosis de orgullo patrio, megalomanía y rivalidad con Francia y Gran Bretaña: hacía tiempo que el Louvre y el British Museum también mostraban interés por los tesoros de la antigua civilización egipcia. El 6 de diciembre, «poco después de hacer un alto para almorzar», según escribió Borchardt en su diario, reclamaron su presencia «a la mayor brevedad» en la casa P 47.2.

En la sala 19 del taller del escultor Tutmosis acababan de aparecer los fragmentos de un busto a tamaño natural. Los obreros continuaron excavando hacia la pared este, a través de una pila de escombros de más de un metro. Salieron a la luz más piezas, sobre todo bustos cortos.

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Varios eran de Nefertiti. Y entonces apareció una nuca de color carne con cintas pintadas en rojo. Los hombres dejaron a un lado la pala y siguieron excavando y retirando la arena con las manos. Al dejar al descubierto la parte inferior de la pieza, reconocieron el dorso de una corona real de color azul oscuro.

Lo que el equipo de Borchardt exhumó de los escombros de Amarna esa tarde era algo fabuloso: un busto policromado de medio metro de altura y 3.260 años de antigüedad. Tenía las orejas dañadas y había desaparecido la incrustación del iris del ojo izquierdo, pero por lo demás la pieza estaba incólume.

Entusiasmado, Borchardt anotó en su diario: «Teníamos en nuestras manos la obra de arte egipcio más llena de vida». En cumplimiento de la ley, que estipulaba que todos los hallazgos debían darse a conocer, el investigador inició entonces una negociación con el francés Gustave Lefebvre, representante de la autoridad arqueológica egipcia.

Acto seguido Borchardt remitió el busto a Berlín, donde permaneció custodiado bajo llave por espacio de doce años antes de ser presentado al público por primera vez en 1924. Estalló la locura; la exposición berlinesa causó sensación. De la noche a la mañana Nefertiti saltó a la fama.

  • Convertida en una estrella muda, enseguida llenó las portadas de las revistas de todo el mundo.
  • Nefertiti encajaba con el espíritu de la época.
  • Desde el primer momento se apropiaron de ella los sectores de la publicidad y de la moda.
  • Una casa francesa de cosméticos usó su imagen para publicitar maquillajes; los anuncios de gafas y relojes la convirtieron en «símbolo de elegancia».

Fue representada con pendientes y gargantilla de la casa Monet. Con su nombre se bautizaron perfumes y aceites, su figura decoró los carteles publicitarios de empresas de transportes y aún hoy existe en Bonn una clínica de cirugía estética llamada Nefertiti.

  • Es increíble que, sabiendo apenas nada de la verdadera Nefertiti, siga estando tan presente.
  • Nadie ha explorado las ruinas de Ajtatón con mayor empeño que Barry Kemp, profesor de la Universidad de Cambridge.
  • Este arqueólogo británico de poblada barba cana ha hecho del Proyecto Amarna la obra y la pasión de su vida: desde mediados de los años setenta no ha dejado de excavar en Ajtatón para traer la ciudad de nuevo a la vida.

La capital de Ajnatón fue erigida a orillas del Nilo en tiempo récord, dice Kemp, en medio de un paisaje desértico hasta entonces despoblado. En verano las temperaturas alcanzaban los 40 ºC, lo cual no fue óbice para que los altares se construyeran a cielo abierto.

La visión del faraón rompía con lo establecido desde hacía siglos, y puesto que ahora el dios de los egipcios era la luz solar, comenzaron a construirse templos sin cubierta. Sobre el Gran Templo, en el firmamento, residía el único dios, Atón, y cualquier te­­chumbre hubiera obstaculizado su adoración.

Ajtatón no estaba amurallada, ya que no era una población en el sentido convencional; no era un lugar para vivir y tampoco una sede administrativa. Se extendía unos 12 kilóme­tros a lo largo del Nilo y cinco tierra adentro, y su función primordial era la de espacio de culto a Atón.

  • Al norte del centro urbano se erigía el templo más grande, de unos 750 metros de largo por 300 de ancho.
  • Una avenida procesional, la llamada Calzada Real, discurría paralela al río y pasaba por delante del palacio de la primogénita del soberano.
  • En el centro de la ciudad se alzaba el Gran Palacio, en cuyas salas de paredes coloridas, patios y caminos pavimentados se recibía a las delegaciones extranjeras.

Así describe Kemp la vida en la ciudad: «El rey y su entorno se pierden en la distancia, y las efigies son el principal recuerdo de su presencia. En las casas más grandes vemos a funcionarios que gozan de la buena vida que proporcionan los ingresos propios y los honorarios del Estado,

En las viviendas más modestas vive una multitud de gente de clase inferior: sirvientes, funcionarios de bajo rango, artesanos que venden sus productos,» Según Kemp no había vagabundos, ni existía un barrio pobre de desfavorecidos, sino que imperaban la belleza y el estilo, como atestiguan los fragmentos de cerámica recuperados, decorados con flores, peces y aves.

La iconografía sugiere que Ajnatón y Nefertiti acudían en carros al templo, tal vez dos veces al día, para ofrecer sacrificios y relacionarse con sus súbditos. Los relieves funerarios dan fe de que los monarcas se dejaban ver con asiduidad y recompensaban a los funcionarios.

La capital que Ajnatón decidió construir en aquel territorio desolado se expandía sin cesar, constantemente se levantaban nuevos edificios, y en dos años había surgido una ciudad enorme de más de 20.000 residentes. La vida cotidiana en Ajtatón estaba marcada por un trabajo de gran dureza física supervisado por los funcionarios de la corte.

No se pasaba hambre, pero sí había carencias nutricionales, por ejemplo, de hierro. Al excavar en los cementerios de la ciudad, Kemp descubrió que muchos habitantes presentaban lesiones graves, sobre todo vertebrales, causadas por acarrear objetos pesados.

Muchos trabajadores, de ambos sexos, morían al poco de cumplir los 20 años. En las fuentes escritas se habla de epidemias, incluso de la peste. Ajnatón murió repentinamente en el año decimoséptimo de su reinado, probablemente por causas naturales. Su desa­parición abrió graves interrogantes, ya que era el único intermediario entre dios y el pueblo, el heraldo de la verdad, el hijo de Atón.

La teología, la liturgia y la política estaban absolutamente vinculadas a la persona del faraón. ¿Quién podría sucederlo? Una cosa es segura: antes incluso de concluir definitivamente la construcción de la capital, esta fue abandonada de nuevo al desierto.

Ajtatón fue un breve episodio en el curso de la historia. Se cree que al faraón Ajnatón lo sucedió Smenker. Tras él llegó Tutankatón, quien asumió el poder unos cuatro años después del fallecimiento de Ajnatón y quien se trasladó con toda su corte a Menfis, la antigua capital política y administrativa.

Tebas, la ciudad meridional, revivió como centro teológico. Posiblemente por las presiones del estamento sacerdotal, investido de nuevo del poder del que se había visto despojado en la época atonista de Ajnatón, el jovencísimo Tutankatón hizo borrón y cuenta nueva.

Desterró al dios sol y restituyó a Amón-Ra, y se cambió el nombre en consonancia para adoptar el de Tutankamón. El nombre de Ajnatón fue expurgado y su dueño, condenado al olvido. Borchardt pensaba que en algún momento de los últimos días de Amarna, en la casa de Tutmosis debió de caer al suelo uno de sus muchos bustos policromados, para acabar enterrado por la arena del desierto.

La dama que sirvió de modelo al escultor desapareció de la faz de la Tierra. ¿Qué ocurrió en los años transcurridos entre la muerte de Ajnatón y el regreso a Menfis de Tutankatón? Y sobre todo, ¿qué ocurrió con Nefertiti, cuya momia se da por perdida? También a estas preguntas responden los arqueólogos con una batería de respuestas que vuelven a sorprender por variopintas y contradictorias.

En febrero de 2010 el Journal of the American Medical Association publicó un artículo que parecía desvelar ese misterio milenario. Durante dos años, de septiembre de 2007 a octubre de 2009, un equipo de 16 personas bajo la dirección del entonces secretario general del Consejo Superior de Antigüedades de Egipto, Zahi Hawass, sometió a estudios radiológicos y biomoleculares once momias de las familias reales de la XVIII dinastía (la de Ajnatón y Tutankamón) y la XIX dinastía.

Participaba en el proyecto Albert Zink, experto en momias y director del Instituto para las Momias y el Hombre del Hielo del EURAC, en Bolzano, Italia. El objetivo era determinar la identidad, edad, historial clínico y causa de la muerte de las momias, además de reconocer eventuales parentescos entre ellas, secuenciando su ADN y sometiéndolas a tomografías computarizadas.

Siempre se había especulado con posibles relaciones incestuosas en el seno de la familia real, y nunca se había podido determinar la identidad exacta de quienes están enterrados en el Valle de los Reyes ni el parentesco existente entre ellos. Por primera vez los especialistas hicieron biopsias de los esqueletos valiéndose de finos taladros, con los que extrajeron entre ocho y diez muestras óseas de cada individuo; después generaron una huella genética personal de cada uno combinando ocho marcadores cromosómicos.

Los egiptólogos consideran históricamente probado que Ajnatón era hijo de Amenhotep III y su esposa Tiy. Ajnatón tuvo dos mujeres: Kiya, su concubina, y la Gran Consorte Real, Nefertiti, quien probablemente le dio seis hijas. A la muerte de Ajnatón en 1336 a.C.

Siguió un interregno de unos cuatro años, al término del cual su hijo Tutankamón accedió al trono. Fue sucedido por Ay, y este lo fue por Horemheb, ambos antiguos consejeros de Ajnatón. Pero aún quedan interrogantes por despejar. ¿Cómo murió Tutankamón? ¿Y quién es la mo­­mia aún no identificada de la tumba KV 35 del Valle de los Reyes bautizada por los arqueólogos como la «Dama Joven»? ¿Podría ser Nefertiti? Los investigadores llegaron al siguiente diagnóstico: Tutankamón medía 1,67 metros y padecía escoliosis, malaria, artritis y la enfermedad de Freiberg-Köhler, una necrosis ósea muy dolorosa e invalidante.

Murió a los 19 años. Amenho­tep III, la momia masculina de la tumba KV 35, era «casi con el cien por cien de probabilidad» el padre de Ajnatón, quien posiblemente ocupe la tumba KV 55 y que a su vez era el padre de Tutankamón. Es decir, los tres eran parientes.

No fueron estos los únicos resultados obtenidos por los biólogos moleculares: también concluyeron que Ajnatón tenía parentesco con la «Dama Joven» de la tumba KV 35. Ambos de­­bían de ser los padres de Tutankamón. Pero entonces, ¿quién es la misteriosa «Dama Joven»? Algunos la identifican como Nefertiti, en cuyo caso sería a la vez hermana y esposa de Ajnatón.

En las dinastías del antiguo Egipto el incesto no era una práctica infrecuente, puesto que se pretendía mantener la pureza sanguínea y consolidar el poder. No obstante, la mayoría de los egiptólogos consideran más probable desde el punto de vista histórico que Nefertiti fuese una muchacha de la clase alta de Ajmin, ciudad situada entre Ajtatón y Tebas, que contrajo ma­­trimonio con Ajnatón siendo muy joven.

  1. Ni lo uno ni lo otro, afirma Schlögl.
  2. La nueva y sorprendente teoría del egiptólogo pone en tela de juicio todas las certidumbres relativas al árbol genealógico de la familia real: la momia de Amenhotep III sería en realidad la momia de Ay, quien a su vez sería el padre de Nefertiti.
  3. Unos 350 años después de Amarna, en torno a 1000 a.C., la momia de Ay se habría rotulado por error como Amenhotep III cuando los sacerdotes trasladaban los restos con urgencia y en secreto para echar mano del tesoro funerario e incorporarlo a la hacienda pública.
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Para entonces los nombres de las élites del período de Amarna llevarían años fuera del vocabulario habitual. «La momia que hoy podemos identificar como del rey Ay presenta unas alteraciones post mórtem de tal magnitud que jamás se habrían infligido al rey Amenhotep III, acreedor de una estimación muy anterior», dice Schlögl.

Si la teoría de Schlögl fuese cierta, daría un giro inesperado al caso de Nefertiti, pues todo lo deducido hasta la fecha en materia de parentesco sería incorrecto. Albert Zink, sin embargo, tilda las interpretaciones del egiptólogo alemán de arriesgadas, y sus tesis, de osadas. «Schlögl intenta explotar y reinterpretar los resultados genéticos en favor de sus teorías.

Nosotros creemos que el origen de Nefertiti debe seguir considerándose desconocido.» Lo que sí es bastante seguro es que el destino de Nefertiti se selló en el verano de 1336 a.C. Cuando murió Ajnatón, tras 17 años y dos meses de reinado, Ajtatón cayó rápidamente en el olvido, y con ella, el omnipotente Atón.

Sobre el brusco final del período de Amarna se tiende una maraña de aventuradas especulaciones sobre la sucesión del faraón autocrático. Una de las más arriesgadas cuenta entre sus defensores con el egiptólogo de Hannover Christian Loeben, además de distintos investigadores ingleses y estadounidenses.

En su opinión, es «seguro al cien por cien» que el sucesor inmediato de Ajnatón en el interregno fue una mujer, algo que no casa con la idiosincrasia del antiguo Egipto, por más que siglo y medio antes ya hubiese existido una reina faraón (la poderosa Hatshepsut) ri­­giendo los destinos del país.

Pero si Loeben está en lo cierto, ¿no es Nefertiti quien tiene todas las papeletas de ser esa reina, habida cuenta de su carisma, credibilidad teológica y dilatada experiencia en la práctica cotidiana del culto? La pregunta clave es si Nefertiti murió antes o después que Ajnatón, otra cuestión controvertida.

La estatuilla funeraria de la soberana, en la que se menciona a Ajnatón por su nombre, sugiere que falleció antes. Por otro lado, el hecho de que aparezca representada en un relieve de piedra «aniquilando a los enemigos», papel que la tradición reservaba a los monarcas, apunta a que sobrevivió a Ajnatón.

Todavía hay otro indicio en favor de la tesis de la supervivencia de Nefertiti: el sarcófago de granito rosado de Ajnatón, expuesto en los jardines del Museo Egipcio de El Cairo. A diferencia de lo que es habitual, no abrazan sus esquinas el cuarteto de diosas Isis, Neftis, Neit y Selkis, sino cuatro reproducciones de la misma dama bajo el sol radiante de Atón: Nefertiti.

Schlögl defiende, en cambio, que Nefertiti (para él la «Dama Joven») murió antes que Ajnatón. Su momia presenta graves lesiones faciales y torácicas, posiblemente consecuencia de un accidente de carro. Albert Zink, que ha visto la momia de la tumba KV 35, confirma la existencia de importantes heridas: «Esta mujer debió de recibir un golpe fortísimo en la cara, quizás una coz.

Aún se aprecia la hinchazón, lo que significa que falleció poco después del accidente». ¿Pero se trata de Nefertiti? Para la mayoría de los egiptólogos no hay duda de que el sucesor de Ajnatón fue alguien llamado Smenker o una mujer llamada Nefernefruatón. No existe imagen, estatua ni relieve de ninguno de los dos, pero sí un anillo con una inscripción: «Rey Smenker, elegido por el rey Ajnatón».

Mas allá de conjeturas, la bella Nefertiti mantiene intacta su capacidad de fascinación. Solo hay que regresar una y otra vez al Museo Egipcio de Berlín para confirmarlo. En el segundo piso, el largo recorrido a través de la Sala de las Nióbides conduce a la pequeña Sala de la Cúpula Norte, en cuyo centro hay una vitrina.

Desde ella Nefertiti recibe en audiencia. Se diría que observa a los visitantes, que deseamos quedarnos a solas con la reina aunque solo sea por un instante precioso. Su mirada parece preguntarnos qué sabemos de ella. A ciencia cierta, nada. Nadie sabe si ocupó el puesto más alto de Egipto al enviudar, o si murió antes que su esposo, si es la «Dama Joven» de la tumba KV 35, o si sufrió destierro.

Si era brutal y autocrática, o amable, cariñosa y alegre, si era menuda y delicada, o corpulenta y fuerte. Nefertiti continúa siendo un enigma. Y en eso radica la verdadera fuerza de su leyenda.

¿Cómo murió el faraón del Exodo?

18 diciembre 2012 Pie de foto, Ramsés III, que murió en aproximadamente el año 1.153 antes de Cristo, fue venerado como un dios. El último gran faraón del antiguo Egipto, el rey Ramsés III murió producto de una conspiración; según acaba de revelar un equipo de científicos, le cortaron la garganta.

Las primeras ecografías de su cadáver momificado revelaron que el faraón murió por una herida de siete centímetros de ancho en su cuello. La misteriosa muerte de Ramsés III fue ocultada durante siglos bajo las vendas que cubrían la garganta de la momia y que no se podían retirar para que el cadáver se preservase.

Estos trabajos pueden acabar al menos con una de las especulaciones sobre su controvertida muerte. Hasta ahora, las causas del deceso del faraón eran un misterio y ese tema era objeto de encendidos debates entre los historiadores. Según antiguos documentos como el Papiro Judicial de Turín, en el año 1.155 A.C.

¿Quién fue el faraón más importante de Egipto?

La Era de los Faraones duró 3.000 años – Los 5 faraones más importantes del Antiguo Egipto Los faraones fueron la figura más importante en el Antiguo Egipto. Los reyes de Egipto ostentaban numerosos símbolos de poder y vivían rodeados de riquezas. Entre la población eran considerados un dios.

  1. A continuación hemos recogido los faraones más importantes del Antiguo Egipto,
  2. Tutankamón Tutankamón fue, casi con total seguridad, el faraón más importante del Antiguo Egipto.
  3. Reinó entre los años 1336 a.C y 1327 a.C.
  4. Después del monoteísmo de Akenatón, el reinado de Tutankamón se caracterizó por devolver la normalidad en lo que a la religión se refiere.

De forma paulatina el Antiguo Egipto recuperó el culto politeísta, Amenofis III Fue un faraón de la dinastía XVIII de Egipto que reinó entre los años 1390 a.C y 1353 a.C. Tuvo infinidad de mujeres, aunque sólo tres lograron ser esposa real. Su reinado fue una época muy próspera y pacífica.

Llevó a cabo numerosas construcciones de templos y edificios civiles. Ramsés II Ramséis II fue el tercer fararón de la Dinastía XIX de Egipto. Reinó entre los años 1279 a.C y 1213 a.C, durante alrededor de 66 años. Fue uno de los faraones más conocidos. Con fama de mujeriego y lascivo, tuvo decenas de esposas y concubinas, así como cientos de hijos e hijas,

Su momia fue descubierta en el año 1881. Cleopatra VII En el listado de faraones más importantes del Antiguo Egipto también encontramos a una mujer: Cleopatra VII, Nació en el año 69 a.C y, al contrario de lo que muchos piensan, no era egipcia, sino macedonia.

¿Cuál fue el último rey de Egipto?

Faraón del Antiguo Egipto
Cargo desaparecido
Corona Doble, símbolo del Egipto unificado El Cetro Nejej (flagelo), el Cetro Heka y el Nemes,

/td> Actualmente en el cargo último Cleopatra VII Desde el 51 a.C. hasta el 30 a.C. Ámbito Antiguo Egipto Duración Vitalicio o hasta su abdicación Designado por Hereditario Creación 3150 a.C. Primer titular Narmer Supresión 30 a.C.

Faraón (en hebreo, פרעה ‎; en griego, φαραώ, copto : ⲡⲣ̅ⲣⲟ Pǝrro) era el título dado al rey en el Antiguo Egipto, Para los antiguos egipcios, el primer faraón fue Narmer, denominado Menes por Manetón, quien gobernó hacia el año 3150 a.C. El último faraón fue Cleopatra, de ascendencia helénica, que reinó del año 51 al 30 a.C.

Sin embargo, el título de «faraón», con su término egipcio pr ˤ3 ( per aa ), ‘casa grande’, solo debería utilizarse en puridad, cuando Egipto llegó a serlo de verdad, extendiendo su poder más allá de su territorio original, que se produjo solamente a partir del Imperio Nuevo, más específicamente, a mediados de la Dinastía XVIII, posterior al reinado de Hatshepsut,

​ Los faraones fueron considerados seres casi divinos durante las primeras dinastías y eran identificados con el dios Horus, A partir de la dinastía V también eran « hijos del dios Ra ». Normalmente no fueron deificados en vida, Era tras su muerte cuando el faraón se fusionaba con la deidad Osiris, adquiría la inmortalidad y una categoría divina, siendo entonces venerados como un dios más en los templos.

¿Quién era la reina Nefertiti?

Reina Nefertiti Philip Pikart (CC BY-SA) Nefertiti (c.1370 – c.1336 a.C.) fue la esposa del faraón Akenatón de la dinastía XVIII de Egipto. Su nombre quiere decir ‘la hermosa ha llegado’, y, gracias al famoso busto creado por el escultor Tutmose (descubierto en 1912), es la reina más fácilmente reconocible del antiguo Egipto.

Creció en el palacio real de Tebas, probablemente la hija del visir de Amenhotep III, un hombre llamado Ay, y se comprometió con su hijo, Amenhotep IV, hacia los once años. Hay pruebas que sugieren que era adepta del culto de Atón, una deidad solar, desde una edad temprana y que puede haber influido en la decisión posterior de Amenhotep IV de abandonar la adoración de los dioses de Egipto en favor de un monoteísmo centrado en Atón.

Tras cambiarse el nombre a Akenatón y asumir el trono de Egipto, Nefertiti gobernó junto a él hasta su muerte, tras lo cual desaparece del registro histórico.

¿Qué pasó con la princesa Henutmire?

Henutmire no resiste y muere. Moisés le lleva el cadáver a Ramsés.

¿Que sucedió con la hija del Faraón?

Éxodo 2

  • 1 Un hombre de la familia de fue y tomó por esposa a una hija de Leví,
  • 2 la que concibió y dio a luz un ; y al ver que era hermoso, le tuvo escondido tres meses.
  • 3 Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y la puso entre los juncos a la orilla del río.
  • 4 Y una suya se puso a lo lejos para ver lo que le acontecería.

5 Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla entre los juncos y envió a una criada suya para que la tomase.6 Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es este.7 Entonces la hermana del niño le dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas para que te críe a este niño? 8 Y la hija de Faraón respondió: Ve.

  1. 10 Y cuando el niño creció, ella lo llevó a la hija de Faraón, la cual lo y le puso por nombre, diciendo: Porque de las aguas lo saqué.
  2. 11 Y en aquellos días acaeció que, crecido ya Moisés, salió a sus y vio sus, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos.
  3. 12 Entonces miró a todas partes, y viendo que no había nadie, al egipcio y lo escondió en la arena.
  4. 13 Y al día siguiente salió y, viendo a dos hebreos que reñían, le dijo al culpable: ¿Por qué a tu prójimo?

14 Y él respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas matarme como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo y dijo: Ciertamente esto se ha descubierto.15 Y cuando oyó Faraón de este asunto, procuró matar a Moisés; pero Moisés de delante de Faraón y habitó en la tierra de Madián; y allí se sentó junto a un pozo.16 Tenía el sacerdote de siete hijas, las cuales fueron a sacar agua para llenar las y dar de beber a las ovejas de su padre.17 Mas los pastores vinieron y las echaron.

  • 21 Y Moisés convino en morar con aquel hombre; y él le dio su hija a Moisés.
  • 22 Y ella le dio a luz un hijo, y él le puso por nombre, porque dijo: Peregrino soy en tierra ajena.
  • 23 Y aconteció que después de muchos días el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre y clamaron; y a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre.
  • 24 Y Dios el gemido de ellos y se acordó de su con Abraham, con Isaac y con Jacob.
  • 25 Y miró Dios a los hijos de Israel y los Dios.